El deporte como la mejor terapia: La historia de superación de Martín Kremenchuzsky

Martín Kremenchuzsky es sordo ciego, pero eso no le impidió cumplir sus metas: es triatleta y el primer ciego argentino y la única persona con deficiencia auditiva y visual en todo el mundo en completar la competencia Ironman.

Martín Kremenchuzsky

Foto: Página Martín Kremen

Martín Kremenchuzsky tiene 47 años, nació en Buenos Aires, es Ingeniero en Sistemas, conferencista y triatleta. Padre de Tomás y pareja de Diana. Es descrito por su familia como una persona buena, amable, perseverante y educada. Pero Martín es más que eso, él padece del síndrome de Usher, que produce problemas auditivos y visuales pero, a pesar de los obstáculos, puede tener una vida muy feliz y placentera.

Él sabía lo que era ver, hasta que a los 35 años perdió totalmente la vista, lo cual fue un momento muy frustrante en su vida y estuvo un año sin hacer absolutamente nada. A partir de ese momento, su vida cambio totalmente y su motivación fue su hijo Tomás. “Mi objetivo era convertirme en alguien para que mi hijo no me viera como un perdedor. No podía permitirme que me viera como un pobrecito y sentí la necesidad de ser una persona autónoma, divertida, seguro de sí mismo, todo por él, fue mi gran motor” explicó Martín.

Comenzó con pequeños objetivos como hacerse un plato de fideos solo, hasta llegar a lo deportivo que es muy importante para él y fue su mejor terapia. A medida que fueron pasando los años, fue creciendo y consiguiendo diversos logros, como ser el primer ciego argentino y el único sordo ciego en el mundo que logró completar la competencia Ironman, un triatlón que consiste en nadar 3,8 km en aguas abiertas, 180 km en bicicleta y 42 km caminando.

Pero, aún así, Martín no está conforme y va por más objetivos deportivos. Martín planea completar un Ironman en cada continente, algo que ya tiene muy avanzado, ya que finalizó el triatlón en Brasil en el 2015, en Sudáfrica en 2017, en Nueva Zelanda en el 2018 y en España en el 2019. Aunque la llegada del Covid-19 pospuso sus planes.

Martín no sólo enfrentó su enfermedad. De ella sacó una importante enseñanza: “aprendí a valorar las cosas realmente importantes de la vida; antes era bastante quejoso y superficial, sin embargo, ahora valoro las cosas que para mí son muy esenciales y gracias a eso soy muy feliz” declaró Martín.

 

 

Se dio cuenta que a medida que cumplía sus diferentes desafíos lograba transmitir mensajes positivos y motivacionales.  Eso lo estimuló a ir por más. Su idea es poder integrar capacidades y demostrar que es posible, dando el ejemplo con hechos y no con palabras.

“Cada vez que viajo, dejó una huella, no tanto por ganar, sino por el ejemplo y demostrar que a pesar de las dificultades se puede hacer todo lo que uno se proponga. Entendí que con mi ejemplo inspiro a otros, eso es lo que me llevo”, explicó el triatleta.

Años después, Martín se convirtió en conferencista para mejorar la calidad de vida de mucha gente. “El saber que con mi ejemplo inspiro a muchos, es algo que me motivo a ser conferencista. Me di cuenta en la experiencia, que escuchándome, con una palabra o un consejo, son muchas las personas que pensaban que no podían y hoy en día pueden” concluyó.

“Hoy más que lucharla, la disfrutó”, así describe su vida actualmente el triatleta, él entiende que no tiene nada más que luchar, ya que cuenta con un buen posicionamiento, tiene dominio de la situación, y le va bien en aspectos generales.

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