“Nora fue víctima de violencia simbólica”

Lo afirman Lucía Goicochea y Mariel Mattana, jóvenes integrantes del colectivo “Pícaras”, a 15 años de lo que consideran un femicidio. La concejala socialista Luciana Bó y la dirigente radical Viviana Pomiglio plantean una mirada feminista sobre el crimen que sacudió al país

A los 51 años, Nora Dalmasso era una mujer espontánea y libre. Le gustaba verse bien y reconocerse como una mujer sensual. Le gustaban las fiestas y mostrarse en eventos sociales. Estaba casada y tenía dos hijos, vivía cómodamente en una casa de dos plantas en el barrio Villa Golf. Y de vez en cuando salía con sus amigas “las congresistas” a cenar y pasar un buen rato. Pero la fatídica madrugada del 25 de noviembre de 2006, cuando ya estaba en su casa luego de cenar con sus amigas, la mataron. Nunca imaginó que sería la última vez que las vería, ni tampoco que no volvería a hablar con sus hijos, ni con su esposo.

Tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Nora empezó una larga investigación donde se pusieron al descubierto infinidad de pistas e hipótesis. Todas apuntaban contra ella. Se le adjudicaron relaciones extramatrimoniales, juegos eróticos o fetichistas e incluso se dijo que la noche de su asesinato había llegado acompañada a su casa.

Lo cierto es que nunca se estuvo cerca de la verdad. Se perdió tanto tiempo hablando sobre la víctima y su vida privada que las personas se olvidaron de lo más importante: Nora Dalmasso fue víctima de femicidio. La mataron cruelmente y hoy, después de 15 años, no hay justicia por ella.

Lucia Goicochea y Mariela Mattana forman parte de un espacio de comunicación autogestionado llamado “Pícara”, donde plantean nuevas formas de narrar desde un periodismo feminista y con perspectiva de género. “El caso de Nora llegó a todo el país y nos  acordamos  que era la figura de una mujer que estaba re demonizada por los medios, la presentaban como una persona que tenía cierta maldad y circulaban rumores referido a lo sexual, y siempre era todo asociado a eso”, comentan.

-¿Qué piensan sobre el tratamiento de los medios en el caso de Nora?

-El caso de Nora fue un momento en el que el feminismo no estaba tan fuerte y no existía la figura del femicidio como tal. En estos 15 años que pasaron, los feminismos impulsaron  la utilización de cada femicidio para instalar el debate en los medios. Ahora a lo mejor nadie diría que “Norita era una puta”, pero siguen patologizando al femicida, como si las personas que tienen alguna enfermedad mental fueran asesinos, y eso es re estigmatizante. Dicen: “los femicidas son unos loquitos sueltos” como si  nosotras, las mujeres, pudiéramos reconocer a esos loquitos. Y en realidad no son loquitos sueltos: son tu pareja, tu papá, tu tío, tu hermano. Entonces el foco está en no patologizar, porque no son personas que vos podés reconocer a simple vista. En estos 15 años los feminismos han aportado a que el debate vaya más allá de qué hacía la víctima o cómo iba vestida. Lo que sí hubo en el caso de Nora fue mucho morbo, por las cosas que los medios mostraban y decían de ella. El femicidio de Nora puso en foco a Río Cuarto y eso tenía que ver también con la espectacularización del crimen: la gente lo veía y esperaba noticias no por querer justicia, sino porque parecía una novela, un show, una puesta en escena.

-¿A los 15 años de su asesinato cómo ven hoy a Nora Dalmasso?

-Como una víctima no solo de su femicidio, sino también de la violencia simbólica que recibió por parte de los medios y de la sociedad. Y está bueno sentir que tenemos la oportunidad de revalorizar su nombre.  El caso de Nora es un claro ejemplo de todo lo que no hay que hacer en la investigación de un femicidio, y nos sirve para ver hacia dónde vamos, qué cambió y qué no cambió y ver qué nos queda pendiente para mejorar… Desde “Pícara”, como organización queremos seguir exigiendo la capacitación de la “Ley Micaela”, no solo entre los periodistas de los medios, sino también a sus directivos,  para hacer foco en realizar coberturas mediáticas responsables. Y también desde “Pícara” seguir revalorizando a estas mujeres que ya no están, para no olvidarnos de Nora y de tantas otras  Noras.

MIRADAS

Luciana Bó, concejal feminista de Río cuarto, no vivía en la ciudad al momento del asesinato de Nora Dalmasso. Estudiaba arquitectura en Córdoba, pero recuerda fielmente el caso y la relevancia nacional que tuvo. “Lo que más recuerdo es la estigmatización de la persona, obviamente yo por estar fuera de la sociedad de Rio Cuarto no conocía de cerca a las personas  involucradas, pero sí recuerdo y me parecía muy fuerte que había mucha tendencia a decir que a Nora Dalmasso se la había matado por su actividad sexual, porque era  una mujer que se preocupaba mucho por su imagen, que tenía muchos amantes y recuerdo también que en ese momento se vendían en Buenos Aires, remeras que decían “Yo no estuve con Norita” parecía un chiste de la sociedad”. Bó afirma que a Nora la mataron por mujer y que en la manera en que los medios manejaron el caso llevó a una mirada estigmatizante de ella.

-¿Qué plantean los movimientos feministas?

-En los movimientos feministas remarcamos esto que tiene que ver con el tratamiento periodístico, la cuestión de la re victimización. Nos sucede que en general y desde siempre que se intenta culpabilizar a la victima por ser mujer;  que se preocupaba mucho por su físico, que iba mucho al gimnasio, que usaba ropa ajustada, que era muy provocativa. Digo, ninguna de esas cosas es motivo para matar a alguien. No puede ser que se culpabilice o se responsabilice a la víctima por ser una persona que disfruta de su deseo, por ser una persona que cuida su imagen, eso no te convierte en culpable de tu propio homicidio. Hay una responsabilidad en los medios de comunicación. Son cuestiones que marcan que es imprescindible nuestro pensamiento y nuestra manera de ver a la mujeres como sociedad, porque sino lo que hacemos es seguir viéndolas como objetos sexuales y no como seres humanos; no desde la paridad y la igualdad de derechos. Seguimos siendo vulneradas aun después de haber sido asesinadas. Los medios de comunicación en este caso tienen un rol fundamental.

Bó apunta que el feminismo a los largo de los años ha tenido conquistas que a las mujeres les ha costado mucho conseguir, pero que actualmente ha surgido un movimiento más fuerte para poner en tela de juicio todos los comportamientos que de la sociedad. “Las nuevas generaciones van a ser las que terminen de erradicar estas prácticas violentas que tenemos no solo en los medios de comunicación, sino como sociedad, que se replican en cualquier ámbito en el que nos desenvolvemos”, asegura.

MORBO

El 25 de noviembre de 2006, el mismo día que asesinaron a Nora Dalmasso, Viviana Pomiglio- actual secretaria del Comité Provincia de la UCR- había sido convocada para poner en marcha el área de la mujer en el municipio. Se habían organizado varias actividades por el día de la no violencia hacia la mujer. “Fue un shock- dice hoy Pomiglio- porque sabíamos que había pasado algo ese día en la casa de los Dalmasso, pero nunca dimensionamos que se trataba de un femicidio, y menos el de Nora.”  Advierte que los medios utilizaron conceptos como “estigmatización”, “deseo”, “pasión”, todos cargados de prejuicios que incidieron sobre la imagen de Nora. “Hay mucho marketing y mucha ausencia del Estado, más allá de que se digan cosas bonitas en las campañas políticas. Una de las cuestiones que me pareció terrible fue la sanción que hubo sobre Nora, sobre lo que la misma sociedad de consumo impuso sobre ella; todo valía como justificación para que la mataran: porque era linda, porque tenía cirugías, porque tenía amantes, porque tenía una vida loca, porque tenía plata, porque…porque…  Se corrió el eje totalmente porque en realidad Nora era una víctima, como muchas otras Noras”.

 

-¿Hubo un mal manejo del caso por parte de los investigadores  y de la Justicia?

– Mirá,  la escena del crimen se estropeó en el acto y la gente que está ahí que se encarga de las pericias saben muy bien que estropearon la escena, por más que digan lo que digan. Lo hicieron con una intencionalidad y hubo una subestimación hacia nosotros como sociedad al pensar que íbamos a aceptar las cosas como venían. Hubo una subestimación cuando culparon a Gastón Zárate y como manejaron todo. Hubo cosas que se saben por los medios. Lo cierto es que hay una mujer muerta, una mujer que evidentemente sabía algo que molestaba y que la mejor forma de silenciarla era matarla y usar todas las excusas que usan sobre una víctima mujer para poder salir del caso. Es muy doloroso esto que nos paso como sociedad.

-¿Hubo un antes y un después en la sociedad de Rio Cuarto con el caso Dalmasso?

-No, no hubo un antes y un después. En lo único en lo que se avanzó fue cuando se hizo la marcha del “perejilazo” por ese chico (Gastón Zárate), que lo pudieron liberar porque si no iba a terminar en la cárcel. Pero la situación es exactamente igual: todavía se sigue discutiendo si es femicidio o no cuando matan a una mujer, o en qué situación estaba la víctima. No hubo cambios, todavía falta caminar un rato y mucho para poder lograr avances.

-¿Cómo mujer  y ciudadana que le provoca que a 15 años de su asesinato no se haya podido esclarecer la verdad de los hechos?

-Como mujer me pongo en la piel de Nora Dalmasso  y digo: “Nadie sabe lo que me pasó, no hay justicia por mi”. Y como ciudadana me da mucha impotencia saber que quienes rigen nuestras vidas saben lo que pasó, pero la complicidad terrible entre estos elementos del poder político, judicial y policial siguen atando cuerdas muy fuertes para evitar que la gente acceda a la verdad. Me genera mucha bronca e impotencia y también esto de “transformar la bronca en lucha”, como decía el Che Guevara. Me hace seguir adelante saber  que la lucha tiene que ser firme, sostenida y responsable. No se van a lograr avances con insultos, con pintar paredes, sino con una lucha responsable, con seriedad y respeto; porque cuando hablamos de vidas humanas estamos hablando de pares nuestros. Me genera mucho dolor que hayan pasado 15 años y estemos igual, todo fue una puesta en escena de abogados y en el medio, cuando había un avance, pasaban cosas realmente insólitas. Y decir también pobre Nora, que no militó en ningún movimiento de mujeres, que su concepción de mujer pasaba por otras cuestiones, totalmente entendible porque cada  mujer vive en una realidad, y no pensó que iba a terminar como terminó y que fundamentalmente muchos cargaron las tintas sobre esta mujer diciendo “mira cómo es, cómo sale, cómo se viste”. Pareciera que no tenemos que arreglarnos, pintarnos y ponernos bonitas para que nadie nos haga nada. Si nos violan es porque usábamos pollera corta o nos vestíamos de tal manera y actuamos de tal otra.

Viviana Pomiglio sostiene que la figura de Nora pasó por dos etapas: primero se la estigmatizó y se habló mal de ella, pero luego se la empezó a visibilizar como víctima no solo de femicidio, sino también de la Justicia de Córdoba y del poder político. “Nora ha quedado como un icono más, pero la búsqueda de justicia no se logra anulando al que piensa distinto porque estamos replicando el modelo de la dictadura militar. No se avanza destruyendo el pensamiento del otro,  porque los extremos se juntan y terminamos siendo nosotros asesinos de Nora Dalmasso”, concluye Pomiglio.

Sol Lerda

Estudiante de Comunicación Social, UNRC.

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *