Mario Cuenca: “Mi nombre en el fútbol se lo debo a Talleres”

El ex arquero Mario Cuenca cuenta su trayectoria desde el club de su pueblo hasta llegar a Talleres de Córdoba donde se convertiría en ídolo con el correr de los años.                                                                                             

“Súper Mario” es el apodo con el que lo bautizaron los fanáticos de Talleres de Córdoba, club del que fue parte en los planteles que lograron el ascenso a la primera división del fútbol argentino en 1998 y que conquistaron la copa Conmebol en 1999. Los hinchas le demuestran su cariño en cada oportunidad que tienen, hasta tiene un mural con su rostro en un barrio de la ciudad de Córdoba.

Mario Cuenca nacido en Del Campillo, se formó en las inferiores del club de su pueblo, Club Deportivo y Cultural Del Campillo, jugando de delantero hasta los 15 años. A partir de esa edad, pasó de romper las redes a defender la red del equipo debajo de los tres palos. De esta manera, a los 17 años, su padre por comentarios de la gente, quienes decían que Mario tenía condiciones como arquero, decide llevarlo a una prueba que hacían en Talleres (Córdoba) en el año 1993. Esta prueba duró 2 días y el joven quedó seleccionado para formar parte de la cuarta división. 

¿Cómo fue tu debut en Talleres?

En la primera de Talleres debutó el 2 de noviembre de 1996 ante Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay con una victoria 2 a 1 por el torneo del Nacional B. El técnico era Ricardo Gareca.

En Talleres, fuiste parte de los planteles que lograron aquel histórico ascenso a la primera división y obtuvieron el título de la copa Conmebol ¿Cómo fue formar parte de esos grandes momentos?

Tuve la suerte de ser parte de planteles muy lindos. Estuve en el equipo titular de aquel 5 de julio de 1998 donde logramos el ascenso a la primera división ganándole a Belgrano, la famosa “Final del siglo”. Le ganamos por penales, de los cuales atajé 2. Fue una sensación hermosa ganar ese duelo. En 1999 disputamos la Copa Conmebol, cada vez que salíamos de visitante nos mataban a goles, perdíamos todos los partidos, pero de local revertimos la serie. Éramos un equipo que de local se hacía muy fuerte, con juego vistoso. A Ricardo le gustaba jugar por abajo y no a pelotazos.

La final, ¿A quién se la ganan?

En la final nos enfrentamos a Sportivo Alagoano de Brasil, de visitante perdimos 4 a 2, pero en la vuelta, el 8 de diciembre de 1999, ganamos 3 a 0. Salimos campeones del único título internacional que tiene Talleres hasta la actualidad.

Después llegó la participación en la Libertadores ¿Cómo les fue?

Si, en el 2002. No nos fue tan bien, pero significó un gran logro para la institución.

¿Qué fue Talleres para vos?

Siempre digo lo mismo, el chiquito, mediano o buen nombre que me dio el fútbol yo se lo debo a Talleres. Me formo como jugador y persona. Primero la institución, después Ricardo Gareca. Soy hincha de Talleres, mis hijas también lo son. Creo que hemos hecho un vínculo muy lindo, me gusta saber que gana, que le va bien. Institucionalmente hoy en día está muy bien. He estado con Andres Fassi, quien es el actual presidente de la entidad, lo he felicitado porque el club está realmente muy lindo.

Los aficionados de la T recuerdan a Cuenca como uno de los mejores arqueros, o tal vez el mejor arquero que ha tenido el club en toda su historia. Esto queda reflejado en varias encuestas que se han hecho, y lo colocan en la primera ubicación su nombre en la primera ubicación. “Es muy lindo, me llena de orgullo, se nota que las cosas han salido bien y me he manejado bien, me llena de placer”, dice con una sonrisa en su rostro. 

El hincha le demuestra su amor cada vez que anda por las calles de Córdoba o cuando asiste al estadio a ver algún partido de la “T”.  Le dedicaron un mural en un barrio de la ciudad. “Y la verdad que son cosas muy lindas que le dan un mimo al alma y el mural sigue todavía, está muy lindo, muy contento por eso”. “Súper Mario” se retiró a los 35 años. Lo particular de esta situación está en que no se dio por condiciones físicas, sino porque le prometió a su señora que se iba alejar de las canchas a los 33 años. “Me excedí 2 años “,(risas). “Cuando estaba por dejar el fútbol me pareció acertado decirle a mi mujer que eligiera el lugar donde vivir después de mi retiro”.

Finalmente, su señora decide que lo mejor era volver al pueblo que los vio nacer. “Acepté la decisión porque me acompañó durante toda mi carrera sin poner ninguna excusa”, así relataba el motivo de su vuelta al pueblo. Mario paso del ruido, caos, tumulto de autos y gente a la tranquilidad y paz que le ofrece el pueblo y el campo al cual le dedicó la mayor parte de su día. 

¿Te gustaría meterte en el día a día de Talleres?

No, hoy por hoy no creo estar capacitado para pertenecer a una institución y ayudar desde algún cargo que me puedan llegar a dar. Puede llegar a existir la posibilidad el día que mis hijas se vayan todas a Córdoba y con mi señora nos fuéramos a vivir allá.

 

 

 

 

Facundo Telleria

Estudiante de Comunicación Social

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *