Trata de personas

En la actualidad, se estima que en el mundo existen 21 millones de personas esclavizadas por la trata de personas y que el negocio mueve alrededor de 32000 millones de dólares en todo el mundo. Es el tercer delito más lucrativo, luego del tráfico de armas y drogas.

La definición consensuada a nivel mundial es la que brinda el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Conforme este instrumento Internacional, la trata de personas es “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una personas que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajo o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.

Un punto fundamental a tener en cuenta, es que las víctimas de trata no son solamente mujeres y con el propósito de explotación sexual, si no que, también son víctimas hombres, niñas y niños, y con numerosos propósitos.

Nos encontramos en una época en donde lo digital es un punto muy importante y que ocupa y abarca cada segundo de nuestra vida.

Retomando las palabras de Roxana Cabello, el espacio digital es un espacio virtual creado por la actividad tecnológica humana y también por una serie de prácticas socioculturales, que expresan tensiones y desigualdades. Se trata de un espacio que tiene propiedades y leyes diferentes que las del espacio territorial.

Las redes sociales, conforman uno de los hábitats más diversos y activos del espacio digital (Roxana Cabello). Si bien tienen beneficios, como la interconectividad, el acercamiento de las personas, la comunicación instantánea, entre otras, también tienen sus desventajas. Antonio Rodríguez de las Heras, dice que han supuesto un fuerte impacto en las normas y las formas de comunicación. Pero nos han cogido un tanto desprevenidos y somos de acciones muy torpes con ellas.

Un punto clave de las cosas negativas de las redes sociales, es la trata de personas. Son hoy el mecanismo preferido para reclutar víctimas a quienes se engaña con la ilusión de una relación, una falsa oferta de trabajo, la promesa de convertirlas en modelos famosas, viajar por el mundo, entre otras propuestas que, a simple vista, son muy interesantes.

Los tratantes se han modernizado y son internautas a la caza de “mercancía”. Los tratantes estudian a sus víctimas por la información que suben a sus redes como por ejemplo, su forma de vestir, qué lugares frecuenta, las fotos de la familia y amigos que publican, y las eligen. Información que para la mayoría de la gente no es importante pero, para la gente que conforma las redes delictivas es fundamental.

El mecanismo de reclutamiento es el engaño. Las personas más vulnerables generalmente se encuentran encuadradas dentro de dos variables, la escasez de recursos y la perspectiva de género, más específicamente, la violencia de género.  Independientemente de qué concepto de pobreza se adopte, se puede aclarar que la pobreza afecta a las condiciones materiales (limitación de recursos, necesidades, patrón de privaciones), a las condiciones económicas (nivel de vida, desigualdad, posición económica) y a las condiciones sociales (clase social, dependencia, exclusión, falta de seguridad básica, ausencia de titularidades).

Un informe de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (Consejo Económico y Social de ONU) se señala que la actual crisis financiera y económica mundial plantea dificultades para progresar en la igualdad entre los géneros en muchas esferas. El desempleo entre las mujeres es más persistente. Determinados grupos de mujeres, como las mujeres migrantes y las trabajadoras domésticas, son especialmente vulnerables en tiempos de crisis económica.

Un factor añadido que incide en la vulnerabilidad son las guerras, los conflictos armados y la ocupación de territorios que conducen frecuentemente a un aumento de la prostitución, la trata de mujeres y actos de agresión sexual contra la mujer, que requiere la adopción de medidas protectoras y punitivas.

A nivel local, Río Cuarto no se queda afuera de la problemática. En 2014, se realizaron siete allanamientos en una zona de casas quinta. Allí se encontraron 49 personas mayores de edad y 34 menores, víctimas de trata de personas. En 2015, la Policía de Córdoba realizó siete allanamientos en viviendas de barrio El Alberdi y se encontraron diez mujeres de entre 20 y 38 años en situación de prostitución. Y así se pueden seguir enumerando casos de trata de personas en la ciudad.

En 2006, Río Cuarto, adhirió a la Ley Provincial (N 10060) sobre la explotación sexual y trata de personas. En la misma, especifica que se crean programas provinciales de prevención y asistencia a víctimas de la trata de personas, de prevención y asistencia a personas explotadas sexualmente y laboralmente.

La comisión Alto la Trata, catalogó a Río Cuarto como lugar de distribución o tránsito de personas víctimas de trata de personas. Si bien ha habido casos de captación en Córdoba, es un lugar de tránsito con presencia de centro en donde se va preparando a las víctimas para después evaluar hacia dónde las mandan, de acuerdo a sus características. Si están preparadas o no para exportarlas.

La Me­sa Per­ma­nen­te por los De­re­chos de los Ni­ños y los Jó­ve­nes, una red local de ong´s, logró corroborar la ven­ta de una ni­ña, por doscientos pesos, en un pros­tí­bu­lo fue­ra de la ciu­dad de Río Cuar­to.

La trata es una realidad que nos involucra a todos, y el silencio nos hace cómplices. No nos callemos. Denunciá, decí #noalatrata.


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