Ley Bases y desconcierto general

Panorama nacional

La victoria de Javier Milei inauguró una etapa de desconcierto en la política argentina. El debate y votación de la “Ley Bases” le quitó el velo a los diputados de todas las fuerzas políticas. 

Por un lado, el oficialismo celebró la aprobación de la Ley Bases en la Cámara de Diputados. Aunque esta postura del gobierno nacional oculta que lo que se aprobó es solo un tercio de la ley original redactada por Federico Sturzenegger. Aun así, esta parcial victoria legislativa es el primer “gol” que pueden festejar luego de la gran marcha universitaria federal, el primer “stop” que recibió el gobierno nacional.

En el campo de aquellos que no son oficialistas, pero son bastante permisivos con el gobierno, el panorama es de confusión. Los radicales, quienes a través de sus organizaciones estudiantiles como Franja Morada, habían estado apoyando la marcha universitaria contra Javier Milei, no titubearon para votar sus leyes. A pesar de los eufóricos discursos críticos al gobierno, el bloque votó de manera afirmativa en abrumadora mayoría. Ante un oficialismo que no los incluye, y que a su vez tilda de kirchnerista a todo aquel que no lo apoye, el radicalismo parece no terminar de encontrar su lugar en la política nacional luego de la implosión de “Juntos por el Cambio”.

El peronismo nacional tampoco parece tener un rumbo claro. Dos grandes frentes se enfrentan: por un lado, aquellos peronistas no kirchneristas que establecen diálogo con el gobierno; por otro lado, lo que el gobierno llamó “los orcos”, el bloque de “Unión por la Patria” cuya única construcción es la destrucción de todo aquello que el oficialismo proponga. En un proceso de reorganización del movimiento, el peronismo del partido justicialista no encuentra rumbo. El camino de la reorganización parece brumoso y encuentra dos caminos que aún no se reconcilian. Los peronistas no kirchneristas no pueden vencer internamente la figura de Cristina Kirchner, quien se lleva la mayoría de votos de la fuerza, y los kirchneristas no pueden quitarse el recuerdo del gobierno de Alberto Fernández.

Panorama provincial

A nivel provincial, la política cordobesa está atada a un eje fundamental que es la abrumadora victoria de Javier Milei en el ballotage. El oficialismo cordobés, dirigido por Martín Llaryora, tiene la tarea de no ser oposición pero siéndolo. Las diferencias entre Milei y Llaryora parecen haberse apaciguado, esto gracias a la baja en la imagen positiva del gobernador. Martín Llaryora, de evidentes aspiraciones presidenciales, cumple con la difícil tarea de ser opositor y, a su vez, liderar una provincia oficialista.

La oposición cordobesa, encabezada por la UCR, parece estar procesando la onda expansiva generada por la explosión de “Juntos por el Cambio”, que los dejó en un “no lugar”. El radicalismo cordobés, dividido en el ala más oficialista al gobierno y un ala más progresista, aún busca su lugar. Para el pueblo de la provincia de Córdoba, ellos no son ni el oficialismo ni la oposición al peronismo. Esto se vio en las urnas, 

cuando quedaron en tercer lugar detrás de La Libertad Avanza y del peronismo cordobés.

La política provincial no logra ordenarse gracias al espacio vacío que otorga La Libertad Avanza, partido político mayoritario en las elecciones nacionales, pero inexistente en las provinciales. Al parecer el pueblo de Córdoba no tiene en provincia lo que eligió en la nación. La política cordobesa lidia con este vacío, que a su vez, cuelga de su cabeza como una espada de Damocles en forma de una declaración del presidente Milei.

Panorama de Río Cuarto

En la ciudad de Río Cuarto, la encrucijada política toma otras formas extrañas. Con unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina, las fuerzas políticas nacionales y provinciales parecen utilizar el imperio cordobés como el escenario político perfecto para medirse los músculos. Aunque, por las circunstancias internas de la política riocuartense, ese escenario parece deformado a uno de tres tercios.

La división del peronismo favorece las chances de la oposición.

El oficialismo municipal, encabezado por Juan Manuel Llamosas, que presenta a Guillermo De Rivas como candidato a intendente, cuenta con el apoyo del gobierno provincial que busca no tener su primera derrota electoral a menos de un año de asumir. El obstáculo a este objetivo se llama Adriana Nazario, candidata a intendente que genera fracturas en un oficialismo municipal que deberá analizar qué es más fuerte: la imagen del intendente Llamosas o el recuerdo del gobernador José Manuel de la Sota, ex pareja de Adriana Nazario.


Por el lado radical, asoma Gonzalo Parodi, ganador de la interna de la UCR. El pampeano procede del ala progresista del radicalismo, aquella que parece oposición al gobierno nacional, y se enfrenta a la difícil tarea de candidatearse en una ciudad que eligió a Javier Milei con el 75% de los votos en el ballotage. Como en provincia, radicales y peronistas vuelven a enfrentarse al abrumador vacío que deja La Libertad Avanza a nivel provincial.

Tanto en nación, como provincia y municipio parece haber un eje en común: el gobierno de Javier Milei dejó a la política desconcertada.

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