Roberto Peloni: el actor de comedia musical que no descansa

Roberto Peloni se encuentra en un momento pleno entre la televisión, el teatro y cine. Con una mudanza en el medio, el actor tomó distancia de sus papeles en las obras de teatro para interpretar y relatar su vocación actoral.

Ganó el premio Hugo de Oro gracias a su destreza de estar de rodillas. Foto: gentileza de Ciudadano.news

¿Harías una obra estando todo el tiempo de rodillas? ¿Te tatuarías para interpretar un personaje? A los 15 años se formó artísticamente en la Escuela Municipal de Teatro de Lanús, hoy Roberto Peloni tiene 41 años y su pasión por la actuación lo llevó a hacer todo eso en un gran escenario. Fue dirigido por figuras destacadas del ámbito artístico como Lía Jelin y Pepe Cibrián y, a su vez, dejó sus huellas en la televisión participando en La Peña de Morfi, 100 argentinos dicen, La sombra del gato y Mi obra maestra.

Este actor es admirado por sus papeles icónicos en musicales de los teatros ubicados por toda la calle Corrientes de Buenos Aires: Las Mil y una Noches, La Bella y la Bestia y The Rocky Horror Show. “Estoy en un presente muy grato” dice el artista, quien interpreta de rodillas todos los sábados al villano enano Lord Farquaad en Shrek: el musical y se pone de pie para ser parte de Regreso en Patagonia, una nueva propuesta musical con Fer Dente, Nahuel Pennisi y Franco Massini.

Una mañana fresca de un día miércoles. Agosto se despide y, al cabo de unas horas, septiembre comienza. Con una mudanza en marcha: Peloni continúa guardando sus pertenencias para despedirse de Lanús Oeste y emigrar a un nuevo departamento, pero eso no le impide mostrar su rostro alargado y su característica sonrisa en una videollamada para hablar sobre el papel de su vida: “ser actor”.

– ¿Qué es ser actor?

– Ser actor es una profesión que parece todo en chiste, pero hay que tomarla muy seriamente para que funcione. Hay que ponerle mucho trabajo como a todo. En mi caso, es una vocación que me llama más a mí, algo que es inevitable. Al teatro lo fui conociendo y fue un espacio que lo sentí como un lugar de pertenencia.

– ¿Cómo surgió la actuación?

– Los inicios fueron en la Escuela Municipal de teatro de Lanús a los 15 años. Llegó de casualidad porque no venía de un hogar donde se fomentará el teatro. Entonces, empecé a estudiar y no paré más. Después por la escuela conocí la comedia musical y más tarde entre en la Escuela de Comedia musical de José Paz y Julio Boca y ahí arranqué hasta la actualidad.

– ¿Es verdad que te enteraste de la escuela de teatro por el hermano de un amigo?

– Sí, sí. Salimos de una clase y empezamos a acordar un horario para terminar un trabajo practico. Mi amigo ofreció su casa porque sus papas estaban trabajando y su hermano estaba en la escuela de teatro, entonces podíamos estar tranquilos y a mí lo único que me llamó la atención fue eso: la escuela de teatro y no sabía realmente que era. Me llamó la atención y le pregunté “¿Escuela de Teatro?” y fue instantáneo el interés y ese mismo verano me anoté.

– ¿Cómo se tomó tu familia cuando dijiste que te querías dedicar a esto?

– Mi círculo familiar era mi mamá y yo. Fue muy alentadora de lo que yo quisiera. Siempre le daba temor de si podía vivir de eso. Se confió. Yo venía de una familia humilde donde no había un tío o padre que fuera abogado o periodista. No había carreras universitarias para comparar, había que terminar el secundario – eso era el mandato – y si se hacía una universidad o un estudio más mucho mejor. Debido a que me lo tome enserio, me apoyó.

“ME SIENTO MIMADO MÁS QUE CRITICADO”

– ¿Dónde disfruta más actuar: ¿en teatro, en cine o en televisión?

– En teatro. Hay un dicho medio viejo pero que decía el cine es del director, la televisión del productor y el teatro del actor. Y vos como actor podés hacer lo que quieras, pero el director del cine te cierra en un plano y sólo te toma un ojo y por más que esté haciendo esto – levanta las manos y grita en silencio – no va a salir.

– ¿Cómo vos recibís el cariño del público?

– Muy bien. Como siempre, realmente tenemos un público que me parece muy amoroso. Y la gente tiene un cariño especial con los artistas, con los actores, con los personas y obras que los marcan que la vieron en un momento particular. Es realmente hermoso y sanador, una demostración de amor que es mutuo.

– ¿Y las críticas?

– No tengo mucho la mirada puesto en el afuera. Nunca tuve – mira hacia arriba intentado recordar alguna mala crítica – Yo siento un amor enorme y un público muy lindo que le gusta mi trabajo. Pero no sé nunca le presté atención. Y si hubiera no me generaría nada. Me siento mimado más que criticado.

“UN GRAN DESAFÍO PORQUE ESTOY TODA LA OBRA DE RODILLAS”

– ¿Cómo te afectó la pandemia?

– Súper difícil. Fue una actividad que más se vio castigada. Me la rebusqué para hacer un espectáculo vía streaming. Usé la pandemia como una etapa de germinar.

– ¿Y cómo fue ese regreso?

– Como la primera vez. El estreno fue en enero con te quiero, sos perfecto. Recuerdo que cuando terminó la función me dio un llanto grande mientras el director hablaba con el público. Muy emocionante, liberador de volver a encontrarse en un espacio que para los actores es tu centro. Fue muy reparador.

“Tuvimos que inventar el artilugio acá” dice Peloni. Foto: gentileza de Martin Wullich

– ¿Cómo preparas los personajes que te tocan darle vida?

– Depende cuál sea el personaje que me toca interpretar. Con Lord Farquaad tardó una hora porque tengo maquillaje especifico y un traje que no es sólo ponerse la ropa, sino que hay que ir ajustándolo. Y conlleva hacer un calentamiento físico para no lesionarme.

– ¿Hubo práctica para actuar de rodillas?

– Fue mucha práctica. Mucho ensayo. Un gran desafío porque estoy toda la obra de rodillas. Tengo unas piernitas como si fueran una marioneta y se tiene que sentir el efecto de que son reales.

– ¿Jugas mucho con el personaje o está muy estructurado?

– Las dos cosas. No digo una línea de más ni un movimiento de más. En un momento, Lord mira al público y lo tiene como sus ciudadanos. A veces hay un gestito: en la obra hay aplausos y él los calla, y les vuelve a pedir el aplauso y los vuelve a callar entonces cuando hay uno que se queda aplaudiendo de más hay alguna miradita – frunce el ceño – y eso es nuevo cada noche porque tiene que ver con la relación del público eso genera mucho humor y, además, es el único que rompe la cuarta pared.

 “ES UNA PROFESIÓN QUE PARECE TODO EN CHISTE”

– Para “The Rocky Horror show” te tuviste que tatuar, ¿Es real?

– Es real el tatuaje. Me lo hice porque me decían “tenés que hacer este musical, sos igual”. Y me pareció buena idea tatuarme porque ya tenía el personaje tatuado internamente. Era como cumplir un sueño medio colectivo ya que muchas personas les gustó el musical y se tatuaron.

– Ahora estás por estrenar Regreso en Patagonia. ¿Qué se viene a futuro?

– Sí, sí. Una aventura que tiene como epicentro a la Patagonia, lo cual le da una cosa interesante porque hablamos de nuestros paisajes cuando generalmente los musicales suceden en New York o en un mundo fantasioso. Bueno, en enero se estrena un unipersonal que está en producción. Se viene Lennons de José Cicala que comenzó a grabarse en pandemia y, también, la tercera temporada de El jardín de bronce que sale en HBO. Y, bueno, disfrutando de este presente precioso, esto que decíamos antes, después de dos años de pandemia estoy en un presente muy grato.

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